lunes, 18 de junio de 2012

Y mamá entró por la puerta, y yo sonreí, y me sequé las lágrimas rápidamente.
Intenté disimular.
-¿Qué te pasa?
- ¿A mí? Nada.
-Venga ya... ¿Por qué lloras?
- ¡Ah esto!-Tocándome las mejillas. -No es nada mami, estoy agobiada por los exámenes.
- Iseo, mira la mesa. Esas lágrimas no son por los estudios...
Yo callé, torcí el gesto, me escondí, me perdí...
- Iseo, cielo- Dijo mientras me acariciaba.
Y ahí fue cuando noté que no podía más...
- ¡Dios mamá! ¡Es tan difícil! ¡Lo quería tanto....!
Y levantando la mirada, llena de lágrimas le dije en voz bajita:
-Y se ha ido, ya no está. Estoy sola.


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